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Cada paso de una rutina facial es importante, pero la limpieza, siendo el primero de ellos, es el inicio para una piel radiante.

Es por eso que debemos prestarle la atención que merece y ser conscientes de su importancia para un cuidado adecuado de la piel del rostro. Por este motivo, el equipo de esteticistas, del Centro de Estética Equilibrium, y con más de 20 años de experiencia en el sector, nos proponen 6 consejos para llevar a cabo nuestra limpieza facial de manera correcta. Así que, ¡Ponte cómoda, sigue los pasos y disfruta!

  1. Elige un limpiador adecuado a tu tipo de piel Sentir la piel deshidratada, tirante o grasa, también tiene que ver con el limpiador que estás usando. Como norma general, evita los limpiadores con granules o ácidos. Es muy probable que no los necesites a diario.
  2. No laves el rostro varias veces al día Nuestra piel necesita un poquito de su propio sebo para protegerse de las agresiones del medio ambiente. Necesita lípidos que mantengan unidas las células para que no se evapore el agua y, además, mantener un ambiente favorable para la microbiota. Así pues, es recomendable limpiar el rostro al levantarnos y al acostarnos.
  3. Ni poco ni mucho tiempo Por la mañana, no necesitas hacer doble limpieza, ya que has hecho una limpieza correcta por la noche y la piel no ha estado expuesta a la polución durante tu sueño, así que 15 o 20 segundos serán suficientes. La excepción será si duermes en un ambiente poco favorable o si tienes exceso de sebo.
  4. No te enfoques solo en las mejillas o la frente A veces nos olvidamos de frotar zonas como el entrecejo, la zona maxilar, las aletas de la nariz, el nacimiento del pelo o el cuello. Es importante prestar atención a estas zonas también y limpiarlas adecuadamente.
  5. Retira bien tu limpiador La mayoría de los limpiadores utilizan tensioactivos como detergente, por lo que es necesario tomarte un tiempo para aclarar tu piel. Y recuerda, es importante que el agua esté tibia, ni muy caliente ni muy fría.
  6. La mejor herramienta para limpiar tu piel son tus manos. Coloca el producto en las manos húmedas si usas un gel limpiador y secas si empleas uno con base oleosa, como leches, bálsamos o aceites. Si utilizas accesorios faciales como cepillos, hazlo de manera puntual y asegúrate de que estén siempre limpios, secos y en buenas condiciones.
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